La Madre General de las Discípulas de Jesús visita las comunidades de Venezuela
9 mayo, 2023Yo no tengo más deseo ni más esperanza que Jesús.
23 julio, 2023Toledo, 22 de Julio de 1936
Queridos hermanos: Son las cinco y media de la tarde. Llevamos casi tres días de asedio militar. Bombas y tiros a millares. Una pena grandísima. Hoy ha caído junto al Seminario quizá la última que han lanzado. Por el eco de estos valles y sobre todo de esta casa tan grande, creen las pobres gentes de estos contornos que del Seminario han salido tiros.
Pidiendo al Señor en la capilla hemos estado los dos días últimos a fin de que todo se aplacase. No hemos podido hacer más. Pero ahora, con la calumnia propalada, será difícil salir del Seminario y no sé lo que sucederá. Es posible que seamos sometidos a cualquier requisa; es posible cualquier cosa en circunstancias tan anormales. Si me sucediera algo, os doy el adiós hasta el cielo, adonde espero que Jesús me lleve con Él. Yo no tengo más deseo ni más esperanza que Jesús, de manera que allí os espero.
De todos me acuerdo mucho, mucho; y como no puedo escribir a todos, valga esta carta para la Hermandad, para las Carmelitas de ambas casas y de otras, para las Discípulas…, etc.
A todos en Jesús haré sentir su divina misericordia. Que todos rueguen por mí. No sé si a vosotros os ha pasado algo. En el cielo lo veré.
Adiós. Os abraza y quiere mucho vuestro hermano
Pedro