Hemos celebrado con gozo la ofrenda que hizo nuestro Fundador, el Beato Pedro Ruiz de los Paños, un 23 de julio.

El testimonio de su vida nos anima a vivir lo cotidiano desde la sencillez y lo pequeño, haciendo una ofrenda continua al Padre, a buscar la mano de Dios en todo para “ser felices, activas y resueltas”, y a enamorarnos cada día más del Maestro de quien somos Discípulas.

Hemos celebrado la Eucaristía presidida por Mons. Luis J. Argüello, Arzobispo de Valladolid y D. Argimiro Martín, de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos.

En la homilía compartió: «Somos invitadas a mirar a Jesús y tenerlo como Maestro.

“Vocación y sacerdocio”. Vocación como la experiencia personal de querer seguir la llamada del Señor; queriendo que la experiencia personal de la vocación se convierta en el centro de una vida ministerial para:

• ayudar a otras personas a descubrir su vocación
• acompañar a otras personas en la respuesta a la llamada del Señor.

Vocación y sacerdocio tienen tanto que ver con la ofrenda de la propia vida, sacerdocio inseparable del martirio, sacerdocio que está en el corazón mismo de la Eucaristía…

Ir aprendiendo poco a poco del Maestro la asignatura del amor nuevo, un amor que va más allá de los límites, un amor que se ofrece y se entrega, para teñir de ese amor cualquiera de las actividades humanas… El Señor nos lo está pidiendo hoy para renovar la vida de la Iglesia y para ofrecer al mundo el testimonio de una vida nueva, un ejercicio de nuestra existencia en clave sacerdotal»