Misiones
“Su residencia será toda la tierra”
( P. Fundador, Bto. Pedro)
El espíritu misionero es un sello de todo cristiano, mucho más tiene que ser de toda Discípula de Jesús, que hace suyo el mandato del Maestro “Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt. 28, 19)
En nuestro deseo de llevar el Evangelio a todas nuestras actividades y de proyectar la dimensión salvadora de nuestra espiritualidad, no ponemos límites en nuestro afán – hasta dónde el Espíritu nos lleve, hasta los confines de la tierra-.
Nuestro Padre Fundador nos dice que iremos allí donde se prevea mayor gloria de Dios y nuestro Papa Francisco no deja de insistirnos en nuestra cercanía a los más necesitados, vulnerables y abandonados.
Por eso, como nos dicen nuestras Constituciones :
“Nuestro Instituto se considera misionero, como eco del mandato de Jesucristo y de la llamada de la Iglesia. Las Discípulas de Jesús, en dinamismo constante, en apertura de corazón y con visión de Iglesia, haremos nuestras las alegrías e inquietudes del mundo” (Art. 13).