Oración por las vocaciones
7 agosto, 2024Hace 29 años… una gracia especial
1 octubre, 2024Pila bautismal en la Iglesia de Mora (Toledo)
Camisa con la bautizaron al Beato Pedro
Con esta monición preparada por la animadora de Liturgia, las Discípulas de Jesús, iniciábamos la mañana:
En carta del 18 de septiembre de 1930, escribía D. Pedro:
“He dado muchas gracias a Dios por haberme dado la vida en este día. Me acuerdo mucho de una tía carnal de mi madre, persona muy resuelta que, como me vio al nacer en gran peligro de muerte, me cogió sin más averiguación, y me llevó a la iglesia en el mismo momento y, así. Dios se valió de ella para hacerme cristiano enseguida.”
Y es que D. Pedro, “tuvo siempre como una delicada prueba de amor del Señor al haberle dado al nacer una vida lánguida, para que sus parientes no le tuvieran privado el tesoro de la gracia santificante más tiempo que el absolutamente preciso para la operación y llevarle enseguida a la fuente bautismal.” (Cfr. ‘Apóstol y Mártir’ cap.1.1)
Hoy, años más tarde, y después de conocer cómo surgió la trayectoria de su vida, seguimos dando Gracias a Dios por el regalo de su vida, que tanto influye en las nuestras; una vida llena del celo por llevar y mostrar el amor de Dios a todos.
A él nos encomendamos y le pedimos que, a ejemplo suyo, sepamos estar atentas a las manifestaciones de Dios en nuestras vidas para así poder cumplir siempre su voluntad.
Que María, perfecta Discípula de Jesús, nos enseñe a acoger cada momento, cada situación y, en el silencio de la oración, guardarlo todo en el corazón.
¡Beato Pedro, ruega por nosotros y llévanos a Jesús!
¡Felicidades!