“A la luz del Espíritu” (cf. Const. 1) las primeras Discípulas de Jesús fueron haciendo vida esta sentencia de nuestro padre: “yo soy el agua y Vos sois el hortelano; llevadla por el surco que más os agrade”:

… como agua, se dejaron conducir por los surcos que el Señor les fue abriendo.

… como tierra fértil, se dejaron cavar, moldear, acariciar por el Hortelano hasta ser el surco por el que discurriría la Gracia que Jesús derramaba sobre ellas con su Presencia habitada.

Era la fiesta de la Presentación del Señor en el templo, el 2 de febrero de 1940, cuando el Director General de los Operarios, D. Buenaventura Pujol celebra la primera Misa y deja a Jesús en el Sagrario (cf. Trinidad Rueda; “Apuntes para una Historia. Los 30 primeros años. Discípulas de Jesús”, cap. VII)
Motivo para que hagamos memoria agradecida y nos alegremos por tantos surcos como el Maestro ha ido abriendo para nosotras a lo largo de estos años.

Día significativo también por ser la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Con el lema «caminando juntos», la comisión de Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal Española nos invita “«a caminar juntos» desde la consagración, la escucha, la comunión y la misión”
Damos gracias a Dios por todas las personas consagradas, por las que nos encontramos y se hacen compañeras de camino, por nuestra consagración como Discípulas de Jesús, que nuestro corazón rebose de alegría y esperanza; pidamos para que, como María y José, caminemos por “los surcos” de la humildad, la ofrenda y la entrega, a la luz del Espíritu.

Pedimos también que, a través de nosotras, por intercesión del Beato Pedro, todos en Jesús sientan la presencia de Dios en sus vidas.