«¡Ay Niño, … mira que es grande el amor
y no has de encontrar calor,
que corresponda al que tienes»
(Bto. Pedro, Villancico)
Estos días son días para contemplar, mirar en silencio y aprender en el Portal de Jesús, María y José.
Quisiéramos que fuese siempre Navidad en nuestro corazón y en el de los demás para que las injusticias, los abusos, envidias, soledades, incomprensiones…
que vivimos se transformen en paz, gozo, humildad, sencillez, acogida…, que es lo que deseamos a todos en este tiempo navideño.
Nos adentramos en el Misterio de Dios, Él mismo toma nuestra naturaleza en la ternura de un Niño que viene a salvarnos, a decirnos que con Él, es posible un mundo nuevo; Él está con nosotros y nos sabemos seguros porque su nombre es “Emmanuel”, el “Dios-con- nosotros”.
Corresponder al gran amor que Dios nos tiene y generar el cambio que necesitamos en nuestro mundo, solo es posible cuando, aferrados a Dios, cada uno desde la responsabilidad y el compromiso asumido según la propia vocación, comencemos a dejarle que transforme nuestro interior. Ya sabemos que los cambios profundos vienen desde dentro.
San José y María Madre acogemos en nuestra vida a su Hijo Jesús y les pedimos por tantas necesidades en el mundo, por los enfermos, por los que sufren, por las familias y por nuestras comunidades. A todos alcance su protección.
El Beato Pedro pida por nosotras al Maestro una feliz y santa Navidad.